La profilaxis es la prevención de enfermedades mediante tratamientos preventivos. Esto quiere decir que cuando aparecen molestias infectocontagiosas, la profilaxis dental se encarga de contrarrestar su expansión evitando males mayores. Para que se entienda de otra forma, es una actuación para limpiar el sarro de forma exhaustiva para subsanar los problemas bucodentales, tiene como función evitar enfermedades periodontales y gingivitis.
Existen distintas medidas para la profilaxis, ya que es una enfermedad con la que tener mucho cuidado. Entre las diferentes pautas a seguir están la desinfección de la habitación, también desinfectar la ropa, utensilios y otros objetos que haya usado el enfermo, aislamiento del infectado durante el tiempo que dure la enfermedad. Además, usar preservativos para no contagiarse por enfermedades de transmisión sexual.
La profilaxis es considerada la acción preventiva, la defensa o el cuidado de una enfermedad y su expansión. Sin embargo, en el área odontológica, la profilaxis dental es un proceso de limpieza de los dientes para anticiparse a posibles enfermedades bucodentales que compliquen el tratamiento haciéndolo mucho más complicado.
Motivos para realizarse una profilaxis dental
La profilaxis dental consiste en un procedimiento para prevenir enfermedades e infecciones en tu boca. Y que ayudan para mejorar la imagen de tu dentadura.
Estética: La profilaxis ayuda a tener un aspecto mucho más sano y a conseguir una sonrisa mucho más limpia si tienes los dientes amarillos.
Remover el sarro: La acumulación de placa entre las encías y los dientes pueden llegar a causar graves problemas periodontales si no se interviene a tiempo. Destrozando así la boca y dejando un mal aspecto de tu boca.
Aliento: Lo que conocemos por halitosis también puede subsanarse con una profilaxis. Esta enfermedad periodontal se puede curar si se lleva a cabo un buen tratamiento. Además, no sólo mejoraría el aliento, si no también se evitaría la irritación de las encías.
A través de una profilaxis también se pueden detectar problemas de salud bastante graves en una consulta. La profilaxis dental es un estudio a fondo donde se puede detectar algún tipo de cáncer, la importancia de la periodontitis o la aparición de diabetes o insuficiencia renal crónica entre otros.
Etapas de la profilaxis dental
Para llevar a cabo un buen tratamiento de profilaxis hay que seguir una serie de pasos detallados que sólo un dentista profesional, como los que tenemos en Servibucal, pueden realizar de manera minuciosa y perfecta. Los pasos que realiza el dentista para un buen tratamiento son:
Limpieza supra gingival: La primera fase del dentista para tratar la profilaxis es limpiar la línea existente entre las encías y los dientes de manera exhaustiva con herramientas específicas para quitar el sarro y la placa bacteriana.
Limpieza sub gingival: Este momento es bastante importante para personas que ya cuentan con una enfermedad periodontal. El profesional se encarga de eliminar el sarro que se concentra entre los dientes y las encías.
Alisado radicular: Este paso, cuando hablamos de pacientes que sufren periodontitis severa, es clave para acabar de raíz con la enfermedad. La zona afectada puede correr peligro debido a esta bacteria.
Medicación: Una vez que el dentista ha evaluado el nivel de la enfermedad y ha seguido paso a paso todo el tratamiento, es cuando depende del paciente y tiene que comenzar a utilizar cremas antibióticas, tanto para disminuir las molestias como para recuperarse en la mayor brevedad.
Examinación: Cuando el proceso de curación ya ha terminado, el dentista procederá a una examinación mediante Rayos X y otras herramientas que detectarán si existen anomalías o si todo está correcto. La limpieza dental con ultrasonidos es una de las técnicas más novedosas. Además, puede ser una buena guía para posibles intervenciones futuras.
Para que la enfermedad no siga extendiéndose y se consiga un buen resultado es recomendable un tratamiento de profilaxis al menos dos veces al año. Si, por el contrario, ya has sufrido periodontitis es preferible que acudas a un profesional cada 3 o 4 meses.