Las enfermedades periodontales afectan a 8 de cada 10 adultos españoles. Entre ellas es especialmente frecuente la gingivitis, que sin embargo se puede identificar, prevenir y tratar de una forma muy sencilla.
Se trata de un grupo de trastornos que afectan al periodonto, es decir, a los tejidos que sostienen los dientes. Se producen principalmente por acción de las bacterias que se acumulan sobre los dientes, encías, restauraciones…, formando una fina capa conocida como placa dental o biofilm dental. En el caso de que la infección producida por estas bacterias afecte sólo a la encía, causan un proceso inflamatorio «reversible» denominado gingivitis. Pero si la infección se mantiene mucho tiempo y/o se asocia a otros factores de riesgo, puede progresar (en aquellas personas más predispuestas) a periodontitis.
Esta es una infección más profunda en la que se produce una destrucción del hueso que sujeta al diente, un proceso irreversibleque además puede elevar el riesgo de aparición e influir en la evolución de otras enfermedades sistémicas (al afectar a otras partes del cuerpo situadas fuera de la cavidad oral). Por eso, es fundamental prevenir la gingivitis o, en caso contrario, detectarla y tratarla lo antes posible.
La gingivitis es la enfermedad periodontal más frecuente, afectando a prácticamente el 100% de la población en algún momento de su vida. Es por ello, según reconoce Izquierdo, «que habitualmente no se le concede demasiada importancia, además de por el hecho de que no suele producir molestias ni dolor».
Un signo de alarma que puede advertir sobre la presencia de este trastorno es el sangrado de las encías. «Una encía sana no debe sangrar y, si lo hace, es porque algo no va bien».
La mayoría de los pacientes atribuye el sangrado al hecho de cepillarse con un determinado tipo de cepillo (más duro) o a la técnica empleada (con mayor fuerza), sin saber que la causa del sangrado es una enfermedad de sus encías y que debe ser tratada. «El sangrado de las encías es un signo de inflamación y de enfermedad», sentencia la representante de SEPA.
Si tenemos gingivitis, la encía parecerá enrojecida (y no rosa), hinchada, brillante (perdiendo el punteado con aspecto de piel de naranja que caracteriza a la encía sana) y que sangra al cepillarse, al morder ciertos alimentos o incluso de manera espontánea (por la noche, mientras dormimos al mezclarse con la saliva llegando a manchar la almohada de la cama). Estos cambios suceden como consecuencia del aumento de la vascularización en la zona, si bien no se producen siempre en todos los pacientes.
En este aspecto hay que hacer especial hincapié en el hecho de que si se es fumador estos signos suelen no ser tan evidentes, puesto que por efecto del tabaco la gingivitis queda camuflada, lo que dificulta su detección precoz. Así pues, dado que este hábito nocivo triplica el riesgo de sufrir enfermedades periodontales, « si eres fumador piensa que con una simple visita al dentista será suficiente para detectar la presencia de niveles inadecuados de placa bacteriana e inflamación gingival».
Grupos de mayor riesgo
La gingivitis, en sus distintos grados de severidad, es prácticamente universal en los niños (alcanza cifras del 70% en niños de 7 años) y adolescentes (se eleva hasta el 90% a los 10 años). Aunque estos trastornos de las encías en los niños no suelen adquirir un perfil grave, se considera esencial su diagnóstico a edades tempranas para empezar a inculcar desde la infancia buenos hábitos de higiene y evitar una posible progresión de la enfermedad de las encías con el tiempo.
Aunque la gingivitis afecta también a un gran número de adultos, en el caso de la mujer tiene unas consecuencias particulares. El sexo femenino es especialmente susceptible a esta enfermedad de las encías debido a los cambios hormonales que sufre a lo largo de su vida (pubertad, embarazo, toma de anticonceptivos así como en la menopausia); estos cambios hormonales favorecen una respuesta inflamatoria exagerada frente a la acción de las bacterias. Esto es especialmente trascendente por las posibles repercusiones de una infección periodontal en el embarazo.
¿Se puede prevenir la gingivitis?
Sí, de forma muy sencilla. La base de la prevención es la realización de una adecuada higiene dental diaria, idealmente bajo un adecuado asesoramiento y siguiendo recomendaciones específicas para cada persona. Una vez que ha aparecido la enfermedad, pueden ser necesarios tratamientos específicos en la consulta dental con el fin de eliminar las bacterias que se depositan en la cavidad oral, así como crear las condiciones adecuadas para que éstas no se acumulen en exceso y para que la enfermedad de las encías se pueda mantener controlada a largo plazo.
Cuidados básicos
Como cuidados básicos que se deben seguir para evitar que aparezca una enfermedad de las encías y asegurar el mantenimiento de una óptima salud bucodental, se aconseja aplicar la conocida como «Regla del 2».
Para conseguir una higiene bucodental adecuada es preciso cepillarse dientes y encías durante unos 2 minutos, al menos 2 veces al día,y con visitas periódicas de revisión y mantenimiento en la clínica dental al menos 2 veces al año.