Sensibilidad dental tras el blanqueamiento

Aunque en los últimos años ha habido un auge importante en el interés por tener unos dientes blancos, como símbolo de belleza, riqueza o poder, esta atención ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. Los hombres y mujeres prehistóricos ansiaban poseer unos caninos grandes y blancos, como signo de fuerza pero también de poder. En la antigua China imperial, cuando una mujer enviudaba, se teñía los dientes con colores oscuros para mostrar que renunciaba a la belleza. Por su parte, los egipcios usaban piedra pómez molida mezclada con vinagre de vino y preparaban una pasta que blanqueara sus dientes, mientras que los romanos recurrieron al amoníaco de la orina con la misma finalidad. Dando un salto en la historia, entre los siglos XIV y XVIII, los barberos limaban los dientes a sus clientes y les aplicaban una solución de ácido nítrico con el objeto de blanqueárselos, lo que podría ser considerado el origen de los blanqueamientos dentales comerciales.

Existen muchas razones que pueden oscurecer los dientes. Por un lado, están las causas intrínsecas, que afectan a la dentina y que pueden aparecer en la etapa de formación del diente:

  • Antibióticos del grupo de las tetraciclinas
  • Fluorosis (manchas por exceso de flúor)
  • Hipoplasias del esmalte (manchas blancas congénitas)

o en el diente ya erupcionado:

  • Traumatismos
  • Envejecimiento

Por el otro, se encuentran las causas extrínsecas, debidas a la ingesta de ciertos alimentos y bebidas (p. ej., arándanos, café, tabaco, vino, etc.) o al contacto con otros agentes pigmentadores (p. ej., clorhexidina).

El blanqueamiento dental es un tratamiento estético que se sirve de agentes químicos para reducir varios tonos el color original de las piezas dentales, y que puede realizarse tanto en el consultorio como ambulatoriamente.

La sensibilidad dental y la irritación gingival son los efectos secundarios más frecuentes del blanqueamiento dental.

La hipersensibilidad dental, que puede aparecer en más de la mitad de las personas que se someten a un blanqueamiento dental, es una situación transitoria, que suele remitir al cabo de unos días. Por su parte, la irritación de las encías, mucho menos frecuente, sólo ocurre cuando el gel blanquedor sale de la férula y contacta con las mismas.

El uso de geles desensibilizantes con sales de potasio y flúor puede ayudar a calmar las molestias de la sensibilidad dental, que, en el caso de volverse muy intensas, pueden requerir el uso de calmantes o la interrupción del tratamiento hasta que se normalice la situación. Un dentífrico con nitrato de potasio y nanopartículas de hidroxiapatita puede también resultar efectivo.

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