La salud oral es clave para una buena salud general. No en vano, numerosos estudios han constatado que las personas con una mala salud bucodental presentan un mayor riesgo de enfermedades muy graves y potencialmente mortales. O lo que es lo mismo, una mayor probabilidad de fallecer de forma prematura. Sin embargo, es muy posible que la falta de cuidado de los dientes y encías tenga un impacto aún mayor. Y es que dado que todas las investigaciones publicadas se realizado en países económicamente solventes, ¿qué sucede en aquellas naciones en las que, por falta de recursos, no se presta la necesaria atención a la prevención y cuidado de las enfermedades bucodentales? Pues que, como muestra el trabajo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán (Irán), el primer estudio realizado al respecto en un país en vías de desarrollo, una mala salud bucodental puede incrementar el riesgo de mortalidad en hasta un 40%.
Como explica Reza Malekzadeh, director de esta investigación publicada en la revista «International Journal of Epidemiology», «la población debe ser consciente de la importancia de la salud bucodental, pues tiene un impacto sobre la salud física general y se asocia con distintas enfermedades crónicas como la diabetes, las patologías cardiovasculares, los ictus y el cáncer».
Hay que cepillarse los dientes
Para llevar a cabo el estudio, los autores siguieron durante nueve años la evolución de 50.045 adultos de la provincia iraní de Golestán que, con edades comprendidas entre los 40 y los 75 años y en su mayoría mujeres –hasta un 57,6% del total de la muestra–, respondieron a distintos cuestionarios sobre sus hábitos de higiene dental –sobre todo, la frecuencia de cepillado–, uso de prótesis dentales y número de piezas dentales cariadas, empastadas o directamente perdidas.
Durante el periodo de seguimiento, la cifra de participantes fallecidos ascendió a 3.820, registrándose 1.981 decesos por enfermedades cardiovasculares y 839 por distintos tipos de cáncer. Y de acuerdo con los resultados, la mala salud bucodental parece que tuvo bastante que ver con muchas de estas muertes.
Como destacan los autores, «las personas con una pobre salud oral presentan un mayor riesgo de deceso y, por ende, una menor esperanza de vida. De hecho, nuestros hallazgos muestran que una mala salud bucodental puede incrementar el riesgo de mortalidad en hasta un 40%».
Es más; si bien los autores no analizaron la más que posible influencia de otras comorbilidades, los resultados mostraron que la pérdida de una o más piezas dentales se asoció con un riesgo un 30% mayor de fallecer por cáncer y con una probabilidad hasta un 33% superior de morir por una enfermedad cardiovascular.
Y llegados a este punto, ¿cómo se explica esta relación entre la falta de cuidado de los dientes y encías y un riesgo tan abrumador de mortalidad precoz? Pues la verdad es que dado que se trata de un estudio del tipo ‘observacional’, no se pueden extraer conclusiones del tipo ‘causa y efecto’. Pero como han indicado numerosos estudios previos, las bacterias que, derivadas de una infección oral, alcanzan el torrente circulatorio pueden viajar hasta el corazón y provocar un infarto de miocardio. También pueden llegar hasta las capas internas del tejido coronario y de las válvulas cardiacas y crear bolsas bacteriana causantes de infecciones e inflamación en el corazón. Todo ello sin olvidar que, entre otras muchas consecuencias negativas para la salud, una mala higiene oral también puede incrementar las colonias de bacterias en los pulmones.
Sea como fuere, una buena higiene oral puede prevenir en gran medida todas estas complicaciones. Como destacan los autores, «según nuestros resultados, el cepillado de los dientes dos o más veces al día puede reducir significativamente el riesgo de mortalidad por cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedad pulmonar obstructiva crónica».
Mejorar la situación
Las caries dentales suponen una de las principales enfermedades crónicas en Irán, país en el que, de media, los ciudadanos tienen cuando menos dos dientes cariados, empastados o perdidos. La razón obedece, como reconocen los propios autores, a la ausencia de programas nacionales para promover la higiene oral y a la dificultad de la población para acceder a un cuidado bucodental adecuado –ya sea por cuestiones económicas o por la falta de especialistas–. Una situación que las instancias gubernamentales afirman estar empezando a solucionar y que, desgraciadamente, resulta muy común en los países en vías de desarrollo.
Como concluye Ali Akbar Sayyari, viceministro de Sanidad iraní, «en los últimos dos años, el acceso de la población a los servicios de atención bucodental se ha visto mejorado, si bien de forma marginal. En el futuro se proveerá cobertura a todos los grupos de edad, y ya se han establecido planes para incrementar el acceso a los servicios de cuidado dental en las zonas más deprimidas».